martes, 29 de septiembre de 2009

De "kdds" y otros encuentros

Recuerdo mi primera"kedada" y mis temores de entonces: no conocer a nadie, no saber de qué hablar, no saber si iba a encajar, no conocer el lugar...

Y eso que no soy tímida. Pero me imponía mucho el llegar de repente ante un grupo de desconocidas y decir: Hola, soy Claudia y soy mamá de "Criar"... Como en un grupo de "bebéadictos anónimos", vamos.

Pero fue más simple que eso. Era como ser marciana en la tierra, estar fuera de la "onda" del mundo terrenal y de repente encontrar un grupo de gente verde iguali-ta que yo. La primera sensación es de extrañeza: ver un grupo de locas felices y sentir que perteneces a él; que has encontrado tu lugar. Pues así, de la mano de otra amiga y con los hijitos en la mochila me lancé al éxito. El primer momento fue un poco raro... No conocía a ninguna pero algunos "nicks" me sonaban. De repente, en cinco minutos de ir charlando ya éramos todas amigas, como si nos cono-
De "kdds"
y otros encuentros
ciéramos de toda la vida. Seguramente el patito feo del cuento tuvo el mismo sentimiento cuando conoció a los cisnes hermanos...

Me integré inmediatamente y entonces fueron más días en el calendario, más "kedadas" y más reuniones. Un día comenté que se acercaba el cumple de la pequeña de mis hijas, pero que no haríamos ninguna fiesta porque no teníamos un duro. Entonces, mis amigas-ma-más organizaron un súper cumple y aparecieron en casa, ¡cada una con un platillo preparado según su especialidad, tartas, pastelitos, globos... velas y todo! E hicimos una hermosa fiesta festejando además el cumple de otros dos niños nacidos el mismo mes. Desde entonces, mi casa es de puertas abiertas y lugar de muchos encuentros.

Cuando terminan estas fiestas, las mamás me dan las gracias por haber sido la anfitriona... pero siento que la que debe dar las gracias soy yo. Soy yo la que tengo que agradecer por esa compañía tan sana, por tantas risas, por ver crecer a sus hijitos, por tantas cosas ricas, por los consejos sabios, por el abrazo amigo y la palabra sincera. Creo firmemente en la existencia de esas redes que todas las madres necesitan para criar con el corazón. Ésta es mi red.

Ahora, cuando pienso en "mis amigas", son estas mujeres las que llenan el espacio. Puede sonar a tópico, pero con ellas aprendo, río con las ocurrencias de sus hijos, soy feliz con sus alegrías, lloro con sus tristezas y me siento acompañada en esta aventura de criar y crecer como mamá. Pero sobre todo, me siento apoyada, protegida y querida.

Desde aquí y con estas pocas líneas quiero agradecerles esos encuentros y decirles que espero con ansias el momento de volverlas a ver.

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